miércoles, 2 de febrero de 2011

Caldas de Reis - Padrón (Etapa del Camino de Santiago Portugués)



Caldas de Reis – Padrón (Etapa camino de Santiago portugués)
Lugar: Pontevedra
Distancia: 18,5 Km.
Duración: 5 horas
Dificultade: Baixa
Circular: NO


Etapa embriagada por el entorno rural gallego, con sus casas emplazadas aquí y allá sin formar núcleos precisos y sus carballedas, maizales y cruceiros. Como cicatrices también aparecerán carreteras y autopistas aunque hoy sin incomodar. Al Concello de Caldas le suceden los de Valga, con el sorprendente monte Albor, y el de Pontecesures, donde la provincia de Pontevedra se despide para recibir a la coruñesa.
Hay que salir de frente, sin pérdida, por la rúa San Roque. Ésta desemboca en la capilla del santo del mismo nombre, patrón de Caldas de Reis cuyas fiestas se celebran a mediados de agosto. En este punto salimos a la N-550 pero la abandonamos pasados 150 metros por una pista que nace a la derecha de esta carretera. Da comienzo un apacible tramo rural con la presencia cercana del río Bermaña pero afeado por un viaducto. Sin embargo, gracias a varias manchas de carballos y eucaliptos pronto queda en el olvido. Tras varias casas del pequeño núcleo de Lavandeira (Km 1,5), que dejamos a la derecha, el trayecto sigue en inapreciable ascenso aguardando algunas rampas más molestas que conducen finalmente hasta la parroquia de Carracedo, al pie de la N-550, donde hay un par de restaurantes. Cruzamos la carretera y subimos hasta la iglesia de
Santa Mariña, epicentro de la parroquia de Carracedo y situada en el lugar de O Campo (Km 5,5).
Pasada la iglesia atravesamos un núcleo de casas que corresponden a Gorgullón y tras varios cruces bajamos al encuentro de la N-550, que volvemos a cruzar a la altura de Casalderrique. En el mojón de los 34,584 km a Santiago nos despedimos del Concello de Caldas de Reis y accedemos al de Valga, yendo a parar a una pista que avanza en paralelo a la AP-9. El Camino la cruza más adelante en el núcleo de Casal de Eirigo, de la parroquia de Setecoros y donde también hay un bar (Km 8,1).
El Casal queda unos metros a la izquierda y el Camino prosigue de nuevo junto a la autopista, que abandonamos más tarde por una pista asf
altada que lleva al lugar de O Pino (Km 9,3). La población y los servicios quedan junto a la N-550, unos 60 metros a la izquierda de nuestro itinerario. En el mojón 32,410 a Santiago giramos a la derecha y descendemos por una pista que se adentra poco a poco en el tupido monte Albor amoldándose al cauce del río Valga. Al salir de la vegetación cruzamos el río (Protección Civil del Concello de Valga monta un puesto durante gran parte del año para atender a los peregrinos) y entramos en San Miguel de Valga junto a la iglesia de factura neoclásica del XVIII. En la población hay un bar-tienda (Km 11,7).
Suceden a San Miguel los inconexos núcleos rurales de Cimadevila y Fontelo. Después de este último bajamos por un camino empedrado a una pista que lleva al camino de Regadío, calle que nos da la bienvenida al barrio de Condide, del Concello de Pontecesures (Km 14,3). Un kilómetro más adelante, ya en el barrio de Infesta, cruzamos la carretera que se dirige a A Estrada y continuamos de frente hasta la iglesia de San Julián, que da nombre al barrio. Aún conserva algunos canecillos románicos (Km 15,8).
El Camino continúa y salva un paso a nivel para llegar hasta el puente sobre el río Ulla en Pontecesures. El puente, heredero de uno romano, ha ido cambiando su fisonomía, primero en el siglo XII, después en 1790 y más adelante en 1911 y 1956. Al cruzar el río decimos adiós a la provincia de Pontevedra para entrar en la de A Coruña (Km 16,3).
Por Puente Padrón llegamos hasta el río Sar. Una larga recta paralela a
este río lleva hasta el mercado de Abastos y el paseo del Espolón de Padrón, donde nos recibe el monumento al Nobel de Literatura Camilo José Cela. En el otro extremo del Paseo se encuentra la estatua en homenaje a la escritora Rosalía de Castro y la iglesia de Santiago. Del templo románico sólo queda una piedra. La igles
ia actual es de mediados del XIX y sustituyó a su vez a otra de estilo gótico. Debajo del altar mayor se encuentra el pedrón, ara romana de piedra que sirvió para amarrar la barca donde llegaron los restos de Santiago y que dio nombre a esta localidad.



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